Después de su primer éxito de lo que sería parte de una de las trilogías más emblemáticas de super héroes, Christopher Nolan rebasó la expectativa del mundo del cine en el 2008 con su segunda película de Batman titulada The Dark Knight: El Caballero de la Noche. Hoy analizaremos por qué sigue siendo para muchos, incluso si no eres fan de los cómics, quizá una de las mejores películas de super héroes de la historia.
Hablemos primero de la trama. En esta segunda entrega observamos que Bruce Wayne (Christian Bale) se ha fortalecido mucho más como el guardián de ciudad Gótica pero que dada la situación actual, deberá enfrentarse a la decisión de ceder como Batman y dejar Gótica en manos Harvey Dent (Aaron Eckhart), quien por su firme convicción hacia las leyes y la justicia lo convierten en un “héroe verdadero” y detener así el caos que el Guasón (Heath Ledger) derramará despiadadamente. Sin embargo, poco a poco descubriremos que las intenciones del Guasón irán más allá de simplemente asaltar bancos o de eliminar al mismo Batman.
A mí parecer, la historia gira alrededor de una frase que el Guasón le dice a Batman y este lo cita un poco antes del final de la película: “mueres siendo un héroe o vives lo suficiente para convertirte en villano”. Y es cierto. Harvey Dent, figura a seguir del sistema social, figura que cree en el orden y en las reglas del sistema y que incluso antepone dicha fe a su propia integridad; la figura del hombre idealista que, gracias al Guasón, termina convirtiéndose en villano por la traición de quienes solo buscan satisfacer sus intereses a costa de lo que sea.
La actuación es uno de los mejores aspectos de esta película, sin duda alguna. Heath Ledger, que no por nada se hizo acreedor a un Óscar por mejor actor de reparto, se lleva mis palmas porque se nota hasta en el más mínimo gesto la personificación de un demente que logra darnos miedo y dejarnos pasmados. El reparto se complementa con la participación de Michael Caine como Alfred, Gary Oldman como el comisionado Gordon, Maggie Gyllenhaal como Reachel y Morgan Freeman como Lucius Fox.
Cabe mencionar que hay un buen trabajo en el guion, pues considero los diálogos son adecuados, pero sobre todo muy especiales, como las frases del Guasón, que casi casi se han quedado inmortalizadas en los fans.
En cuanto la realización técnica cinematográfica, me parece que espectacular por ser tan dinámica para el espectador. Los movimientos de cámara junto con los efectos de sonido y el ritmo de la película te envuelven en el coraje de Batman, en el dolor y la desilución de Harvey Dent y en el perverso juego del Guasón.
The Dark Knight es una película que, te aseguro, no te cansarás de ver porque sigue conquistando a los cinéfilos por su historia, sus personajes y su excelente ejecución.